Ese hombre que anda en los grupos
estudiantiles y barriales, zonales y civiles no es de mi confianza, porque
tiene no sé tantos años estudiando y su cantidad de materias cursadas es mucho
menor que su edad. El hombre que solo viste de negro, a veces de blanco,
amarillo y azul, se repite en muchos otros individuos; inclusive en el grupo de
Amín se repite, en el estudiante que golpea a otro por puro vandalismo.
Ese hombre que anda en los grupos, le huye
a la lucha de frente y hace teatro cuando supuestamente ayuda a los demás, ese
hombre, el de los grupos (ese mismo tu lo conoces el del grupo “dulce”) no
puede siquiera responder si le preguntan cuando terminará su carrera. Ese hombre
que anda o mejor dicho desanda en los grupos, le falta poco para ser abuelo y
nunca se le ha visto con una bata blanca ni para llegar a un laboratorio,
cuando hace rato debería de ser doctor en medicina y quiere tu voto una y otra
vez. A él lo inyectan con fondos blancos y morados, con impuestos llenos de
plusvalía de los estudiantes y sus padres, de todo el pueblo. Fondos que se
traducen en botellas para que personas como él sigan haciendo de ser dirigentes
estudiantiles su trabajo de por vida.
Hay un joven en un campo de Quisqueya que
se muere por estudiar… Y ya recortaron 3,000 secciones en la UASD, ¿Amigo mío,
no lo ves? Ese hombre que anda en los grupos está usurpando su lugar, ese
elemento que dice luchar por la universidad no viene acá a estudiar, selecciona
y retira materias para mantener su matricula de estudiante activo, para así a
la UASD seguir utilizando.
Ay, amigo mío… Es grave lo que
te estoy contando y sigue pasando, lo peor del asunto es que yo no te lo tenía
que contar para que lo supieras, ese es un secreto a voces que ya se toma como
bueno y válido… Que pena que esto siga sucediendo… y que otros con tan poca
formación ideológica y moral como él lo siguen laureando, ¿no ves que nos envenenan
el movimiento estudiantil? Algo hay que hacer! Los huesos de Amín rechinan
suplicando que limpiemos la universidad, que vuelva a ser de nuevo verdadera
casa de estudios y que luchemos por su autonomía, que podamos garantizar
educación libre y de calidad a tantos otros jóvenes que la necesitan y sí desean
aprovecharla.
Me asusta un futuro donde una
persona como ese hombre que anda en los grupos sea mi representante fuera de la
universidad, me preocupan mis hijos y el movimiento también, es hora de retomarlo
con fuerza, gallardía y honor, para una vez más, recoger sus frutos.
E.A.
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